El yoga puede ofrecer mucho a quien practica, pero tambien, pide mucho a cambio; es generoso, pero no con todos. Si quien practica tiene expectativas, si se pone objetivos, quiere avanzar en tiempos acelerados, no encontrará demasiado en su sadhana.
El yoga no te pide exagerar, te pide que cambies. Esa flexibilidad es la que te va a permitir tomar desiciones alineadas con todos tus planos: físico, emocional, mental; Pattabhi Jois decía “practice and all is coming”. Es verdad.
El yoga te pregunta, y te proporciona las herramientas para hacerlo; te invita a escuchar a tu cuerpo, tu respiración y calmar la voragine de pensamientos. Te lleva a entender tu naturaleza humana y sus necesidades reales, te sugiere dejar de lado toda la basura que llevás sobre tus hombros: sueños, falsas necesidades, relaciones cómodas.
Este es el yoga, muy sencillo y sereno. Bastante difícil para la naturaleza humana que se pega a todo como un pulpo, que quiere cambiar sólo esperando de los demás, que hoy más que nunca aborrece todo esfuerzo, todo sacrificio.